martes, 6 de abril de 2010

Relato.

En la pagina del pais, encontre este relato de un joven que practica los pique en la ciudad de cali, el cuenta no solo su experiencia sino sus sentimientos y energia que esto le proboca.

"La adrenalina brilla en las gotas de sudor que mojan la piel trigueña de Sarria. Su corazón late al compás de las revoluciones que aceleran el motor de su Mercedes modelo 66 para alcanzar, en menos de un minuto, 160 kilómetros por hora. Las manos aferradas al timón. El cambio en primera, el pie derecho hundido hasta el fondo del acelerador mientras el otro pie toca sutilmente el ‘clutch’. Todos sus órganos esperan la señal: un hombre con los brazos en alto, parado a pocos centímetros entre el Mercedes con una cobra pintada en el capó y su competidor de turno, cuenta hasta tres y baja los brazos. En fracciones de segundo los bólidos arrancan. Una multitud hace vibrar los equipos de sonido de sus carros mientras observa el resultado de la carrera. A ambos lados de la carretera, invadiendo la vía, hay una fila de carros en espera que en muchas ocasiones puede pasar de 30 automotores. Las personas se amontonan en la berma y por un instante dejan de conversar para fijar su mirada en la improvisada pista de carreras en que han convertido la vía Cañasgordas, frente al Club Comfandi. No han pasado más de quince segundos cuando la primera carrera de la noche ha terminado. El Mercedes, conducido por Sarria, un mecánico que lidera estas competencias, cruzó primero los 400 metros que deben correr en los piques. De un momento a otro, cuando están a punto de hacer otro pique, el ambiente festivo se suspende en el aire. El ulular de las sirenas policiales hace que se inicie otro tipo de carrera: el de la huida. La mayoría logra escapar del control policial, sólo quedan pocos carros, cuyos propietarios son multados por exceso de velocidad o invasión de la vía. Pasan unos minutos y una estación de gasolina es el nuevo epicentro.”

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